jueves, 17 de diciembre de 2009

5,4,3,2,1...

Estoy segura que me escurren palabras por la nariz, se me ven saliendo de los ojos en forma de lágrimas y cada vez que me da comezón es porque tengo palabras saliéndome de los poros.
Mi pleito no es con las palabras, sino con los espacios vacíos.
Desde hace tiempo los espacios vacíos le están ganando a mis palabras, pero a partir de hoy le declaro la guerra al silencio y a las páginas en blanco, arriesgándome a las posibles derrotas, fallas o trampas que vengan con mi rebelión de merolico educado.

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