lunes, 21 de diciembre de 2009

Carta proemio a lo que sigue siendo obvio

Estimado amante constante:

Nunca más dormiré a su lado. No vaya a ser que se me contagien uno de sus sueños. Los sueños se inhalan por la boca, se atoran en los ojos y nunca más pueden salir. Espero lo entienda, con el paso del tiempo se dará cuenta de que es lo mejor para ambos.

Pero es que yo no necesito de sueños ajenos que oxiden mi condición de sirena perpetua.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Yo, al igual que Girondo, tampoco tolero que no sepan volar

Cerré los ojos, abrí los brazos, tuve alas y me volví pájaro
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Y sé, más que nadie, que esto nos hace más vulnerables a caer
Pero te quiero igual o más que antes de volar

jueves, 17 de diciembre de 2009

5,4,3,2,1...

Estoy segura que me escurren palabras por la nariz, se me ven saliendo de los ojos en forma de lágrimas y cada vez que me da comezón es porque tengo palabras saliéndome de los poros.
Mi pleito no es con las palabras, sino con los espacios vacíos.
Desde hace tiempo los espacios vacíos le están ganando a mis palabras, pero a partir de hoy le declaro la guerra al silencio y a las páginas en blanco, arriesgándome a las posibles derrotas, fallas o trampas que vengan con mi rebelión de merolico educado.